Truco o trato, este es el lema. O
me das una golosina o tengo derecho a hacerte una gamberrada. Enseñamos a nuestros
hijos desde muy pequeños la mecánica de la extorsión. Todo esto en un ambiente
de fiesta “terrorífico” promocionado por los padres y alentado por los
comercios para poder hacer caja. Mientras, los adultos hacen sus “party”
disfrazándose de forma retórica de lo que ya son: muertos vivientes.
Cuando estos niños sean adultos,
y por circunstancias provocadas por el propio sistema nos pongan una navaja en
el cuello y nos digan “la cartera o te rajo”, debemos recordar el “truco o trato”
y felicitarlos por lo bien que han aprendido la lección.
La Gran Matrix sigue funcionando
y el Sr. Wert debe estar frotándose las manos, pues sus objetivos se van
cumpliendo, es decir, la ética doblegada por la economía.